10/1/12

Donosa

qué frágil andadura exhibe
corvo tarambana y abombado

Donosa galopó al menos siete primaveras
Santiago lo trajo cuando chinitilla la Pieri
Y supo hacer de él un buen compinche

 la bambina

solía llevarlo a pastar a las afueras de Alpa Corral
indomable, el bicho, hasta que llegara el Barba:
le metió una voladas hacia el pedregullo
y quedo mansito, el Barba, jamás Donosa.

aquel equino siempre fue indomable
van a ser siete primaveras que andan juntos con la Peri,
solamente ella pudo disponer y galopar la bestia

es que nunca tuvo la en dominio

habitualmente, fueron como compañeras
andaban en las tardes, más allá del alambrado
se pasaban ratos en la acequia, bajo la arboleda.

la Pieri siempre prescindió de fusta,
le hablaba bajito, no sé en qué lenguaje,
parecía que le cantaba, le acariciaba el pelo,
la champaba del cogote
y sin pisar el estribo pegaba un brinco
y ahí noma´ se incorporaban al galope.

2/1/12

Comunicación Dos Punto Cero

Los profesionales de la comunicación, no pueden hacerse a un lado, cuando el mundo en su conjunto comienza a experimentar un fenómeno que pone en jaque los cimientos que estructuran la profesión, y abre un nuevo camino hacia la revisión de aquellos mecanismos que hasta hace poco parecían acabados. El fenómeno que con internet a la cabeza, como sea que se lo nomine, trae consigo un conjunto de cambios que inevitablemente nos hace pensar que la práctica periodística deberá ser reinventada.

¿Cuale será la implicancia de la irrupción de este nuevo soporte mediático que ha instalado una disputa en torno a las formas tradicionales del periodismo y la comunicación social?

¿Cómo pensar la irrupción de los blogs, twitter, faceebook y distintos foros de discusión e intercambio de información, frente a la creciente deslegitimización de la tarea de los periodistas tradicionales?

En su nuevo libro, “La explosión del periodismo” el semiólogo y ex director de la edición española del Lemonde Diplomatique, Ignacio Ramonet, propone un camino posible para problematizar algunos aspectos que devienen necesarios si queremos comprender y ¡porqué no! incidir en esta compleja transformación que nos introduce en la era de la comunicación 2.0.

Uno de los interrogantes que plantea Ramonet, es si “el impacto del meteorito internet” llevará consigo la extinción masiva de los diarios y revistas de la prensa escrita. Cuestión que parece preocupar a los agentes de la industria tradicional, por la creciente desaceleración de las ventas en papel. Sin embargo, la implosión del soporte virtual, no imposibilitaría del todo la supervivencia de los medios gráficos tradicionales, aunque ésta se encuentre atada a la capacidad de adaptación e innovación de los “medios” al nuevo esquema comunicacional. Actualmente, según el autor, existe una tendencia hacia la articulación de ambas formas de comunicación. Es así, que muchos periódicos que aún publican en papel, han comenzado a explorar nuevos modos trasmitir sus contenidos mediante plataformas virtuales.
Sucede, que en este nuevo “ecosistema”, la información ya no circula en “unidades cerradas”, porque las redes sociales permiten a los “web-actores” completar los contenidos, agregando comentarios, citas, fotos o videos. Generalizándose una práctica común, que podría llamarse según el semiólogo: “un trabajo de inteligencia colectiva”.

Otro aspecto central que problematiza “la explosión del periodismo”, es la disputa que representa la irrupción de un nuevo lector, (que ha dejado de ser un agente pasivo e inerte) al status de supremacía que supo gozar el profesional del periodismo. Disputa qué, a la vez de representar una inquietud para la nueva configuración de las comunicaciones y sus protagonistas, pareciera tender a la superaración de la brecha que solía separar al consumidor de información, del productor de significados.

Sin embargo, el mapa actual del mundo de las comunicaciones, exige repensar aquello que caracteriza la particularidad de la profesión del comunicador social, cuya labor se encuentra en constante reconfiguración, y no obstante la incipiente desacralización del periodista, lejos está de su desaparición. Más bien, seremos los comunicadores quienes deberemos poner en cuestión cuales son los conocimientos y aspectos metodológicos que le otorgan sentido a nuestra tarea.
Acontece una crisis de identidad; y se vincula con la "falta de credibilidad” que les cabe a los informadores, lo cual está generando una suerte de incertidumbre respecto a la especificidad de la profesión. Confusión que hace que “…hoy en día no se sepa bien qué es ser periodista”.

Para barrer estas confusiones, el autor apuesta por la revaloración de un tipo de práctica, que sepa ofrecer contenidos de calidad, basados en el análisis riguroso y la investigación bien documentada. Ello resulta significativo, si comprendemos que la superación del estado de “inseguridad informativa” que se vive, exige a los profesionales, impermeabilizar sus prácticas de la lógica dominante que exige, sin reservas, un tratamiento instantáneo de los acontecimientos que suceden en el mundo.

Sabemos que los avances en los modos de comunicación del hombre están sustentados en la evolución de la tecnología y la ciencia, sin embargo, los soportes comunicacionales, no deberían ser pensados sin atender a los contenidos que estos divulgan. Solo podremos pensar una comunicación democrática, si ponemos en cuestión los sentidos que se trasmiten, quienes los construyen, y como garantizaremos como sociedad, el acceso irrestricto a la construcción de nuestros propios modos de pensar y ser pensados.

Martín M. Ibáñez